A lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas, miles y miles. A
las mañanas en el metro, apretujados en el vagón. En la cola de una cafetería o
comprando el pan. Miles de personas con las que cruzamos codazos y paraguazos
los días de lluvia, miradas de complicidad o incluso de desesperación
compartida cuando algo sale mal en medio de la calle. Y no sabemos porque de
entre todas esas personas de repente encontramos lo que llamamos amigos. Amigos con los que pasas de
compartir un instante de tu vida a tu vida diaria, esa tan complicada y
divertida a partes iguales.
Tienes amigos malos que dejan de serlo al de un tiempo, amigos muy
amigos, amigos a secas, amigos a los que llamas a las 3 de la mañana llorando,
amigos de verano, amigos con los que compartes gustos, amigos con los que no
compartes nada más que ese nosequequeseyo
que os hace inseparables.
Amigos. Ya sabéis a lo que me refiero.
Y de todas esas miles de personas que andan por ahí dejas que unos pocos
entren en tu mundo. Eres incapaz de imaginar la vida sin ellos, imaginas la
universidad, los viajes, los amores y desamores, una boda, otra boda y otra
boda porque toda la cuadrilla acabara cansándose. Y luego vienen los hijos
imaginarios e imaginas que esos amigos serán sus tíos.
Pero de repente, y tan improvistamente como entraron en tu vida salen de
ella. Piensas y piensas en que habrá ido mal, intentas enfadarte pero tampoco
encuentras el motivo, solo sabes que duele. Sigues pensando y te das cuenta de
que no ha sido una pelea concreta, ni nada en especial, simplemente es que ha
llegado un punto en el que ya no hay ni llamadas, ni mensajes ni sábados
compartiendo chocolate caliente.
Y ojala hubiese sido una pelea, ojala hubiese habido una discusión.
Ojala no hubiera sido simplemente el olvido. Y ojalá la gente no cambiara,
ojalá siguiésemos siendo niñas que van a aprender inglés para entender las
letras que cantan sus ídolos. Y ojalá te vaya muy bien ahora.
¿Nos
chocaremos un día de lluvia y podremos volver a compartir paraguas?
¿O solo
susurraremos un tímido "Perdón"?
Yo tuve una reflexión parecida hace poco, al final se puede mantener la amistad, aunque pases de verles todos los días a verles una vez al mes.. Y hablar con ellos lo mismo. Yo llegué a la conclusión de que simplemente tomamos caminos distintos, y aunque sin duda sería genial que se preocupasen un poquito más por mi, siguen siendo mis mejores amigos.
ResponderEliminarUn beso,
http://mariluzgarzo.blogspot.com.es/
Es una buena conclusión y supongo que de cierta manera nuestros caminos siempre estaran unidos. Pero es una sensación extraña.
EliminarUn beso.
me ha gustado,nena ! besos
ResponderEliminar¡Gracias! :)
EliminarAdoro esta entrada. Ojalá fuéramos otra vez esas niñas que corrían por el parque y acabaron estudiando juntas. Sí. Me siento tan dentro de este texto... Simplemente no supimos qué pasó.
ResponderEliminarLutz.
Gracias, al escribir simplemente plasmo lo que siento y es agradable ver que más gente se identifica y siente algo al leerme, aunque es una pena que justamente sea con esta entrada.
ResponderEliminarBesos.
HAy poca gente que permanezca a tu lado para siempre....las relaciones van cambiando..cada uno va haciendo su vida...con unos mantendrás contacto, con otros tal vez menos, y otros desaparecerán, sin más. Así es la vida.
ResponderEliminarbss bonita entrada.