-Pero... -continuo el psiquiatra levantando la mirada de sus
notas para mirar como ella se erguía ausente en su silla con los ojos de una
desquiciada-, no me ha dicho de que se arrepiente.
-Me arrepiento de las palabras -como buena reina del drama y
tras haber visto demasiado cine francés miro por la ventana y se quedo inmersa
en las gotas de lluvia deslizándose por el cristal.
Enero frio y lluvioso en una ciudad oscura llena de gente
aun más oscura, donde el asfalto huele a polvo y los coches pasan de manera tan
furiosa que salpican a los viandantes.
A nadie le importa nada realmente.
Exhalo el humo de su cigarro aun sabiendo que estaba
terminantemente prohibido fumar.
Aunque eso tampoco le importa a nadie realmente.
-De esas que nunca tuve el valor de pronunciar y que como ya
no esta se quedaran encerradas en mi. O yo me quedare encerradas en ellas, ¿qué
más dará el orden?
Y hubiese estado bien que Yann Tiersen empezara a tocar en
ese mismo instante, creando la banda sonora de su deprimente vida. O que Louis
Garrel irrumpiera en la habitación antes de que el pitillo llegara de nuevo a
su boca. También le hubiera ayudado que Christophe Honoré gritara "¡corten!"
en el mismo momento que ella abría la ventana y se precipitaba al vacio ante la
estupefacta mirada del doctor.
Hubiese estado tan bien para ella formar parte del cine francés.
Pero y eso ¿realmente a quien le importa?

Me encanta. Enserio es increíble, todavía sigo pensando que está sacado de un libro.
ResponderEliminarEscribir se te da muy bien, no dejes de hacerlo y no hagas caso a los que no te valoran porque tienes talento de verdad. Eres toda una artista de las palabras.
No está mal, aunque yo cuidaría un poco más la ortografía (sobre todo la acentuación) y, también la puntuación (con esto, sobre todo, ganaría bastante más el texto).
ResponderEliminarUn saludo