Y se maquillo con especial interés. Quería sentirse guapa,
como esas divas hollywoodienses de los '50. Quería caminar con las manos en los
bolsillos, la nariz congelada, la barbilla hundida en la bufanda pero con una
gran sonrisa en su cara.
Sin embargo ahí estaba; de pie sin poder sostener la mirada
a nadie porque se sentía vencida y humillada. Avergonzada. Notaba como las
lagrimas se mezclaban con los polvos del colorete, el rímel hacia que los ojos
le picaran...¡y encima no tenía pañuelos!
Ahí estaba con la cabeza aturullada, llena de pensamientos que
no conseguían salir hiriéndola por dentro.
Rodeada de gente pero sola.
Tartamudeando palabras que la hacía sentir sucia y
avergonzada.
Esperando que alguien recortara la distancia con un abrazo.
Un abrazo de esos en los que te dejas caer, atrapar. De esos que te hacen
cerrar los ojos y serenarte. De esos que hacen que te sientas querido.
Pero nada.
Un malgasto de maquillaje.