Como si tuviera tiempo suficiente
como para perderlo, me he releído el blog entero. (¿Estudiar? Luego, lo
prometo) Entre risas, manos en la cara para taparme los ojos y más risas me he
dado cuenta de que todo lo que he crecido como persona esta aquí plasmado. En
cierto modo, me ha dado ternura verme ir evolucionando. No solo en mi manera de
escribir (que aún tiene que evolucionar mucho más) si no también la evolución
vivida hasta la persona que soy ahora. Leyéndome me he dado cuenta de cómo he ido superando miedos, y
también como me daba grandes consejos a mi yo actual sin saber la que se me
venía encima, que mi yo actual no recordaba y que le han venido bien recordar
(¿se entiende? ... sigamos.)
Lejos han quedado miedos como a
la incertidumbre del futuro o la búsqueda incesante del ser. He llegado a un punto
en que acepto (y acepto de buena gana) que lo único que hace duro los cambios
es la resistencia a los mismos. Yo he cambiado mucho durante este 2014, en
realidad no se si llamarlo cambio, porque tal vez no lo sea en sentido
estricto. Aunque, lo cierto es que en sentido estricto no se qué ha pasado
durante este año. Sé que fui una versión un tanto apagada de mi misma
prácticamente hasta el calor de julio, se que aceptar todo lo que se me vino de
golpe, la universidad, amoldarme a diferentes realidades, perder gente, conocer
gente, intentar ordenarme, plantearme muchas cosas a la vez, problemas de gente
a la que adoras y por la que, literalmente, morirías pero no puedes ayudar...sé
que todo eso me mino mis fuerzas y me
volví una persona insegura y excesivamente callada (y con callada no me refiero
a no hablar de manera habitual, me refiero a callar y tragar cosas que en
cualquier otro momento yo no hubiera tragado)*. Pensé que me perdía a mí misma,
y tener la sensación de que una se pierde es como verse caer por un precipicio
y ni si quiera tener fuerza para gritar ¡ayuda! Por eso se, que no se qué ha
pasado conmigo. Y no me molesta (ni asusta) no saberlo. Ha sido una etapa de la
que he aprendido que las decisiones que tomamos nos convierten en las personas
que somos, una etapa que me ha enseñado recovecos de mi propia creatividad que
desconocía, una etapa en la que he tenido que decir adiós de manera muy
diferente a la que estaba acostumbrada y aceptar que aun hoy tengo que lidiar
con ese dolor, una etapa rara que me ha enseñado que hay gente que entra en un
momento oscuro de tu vida y cuando ves la luz te hace preguntarte ¿por qué? Me
ha enseñado que soy muy fuerte, y que no hay ningún problema en admitir eso, o
que soy segura y valiente con pequeñas debilidades, o intensa o...o que puedo
quererme y valorarme sin que nadie lo vea como narcisismo.
Podría ponerme a enumerar las
cosas fatales y maravillosas de este 2014. Porque, es curioso, a pesar de ser un
año muy difícil también ha sido un año fantástico. Pero lo voy a resumir todo
en: 2014 ha sido el año en el que definitivamente se qué clase de persona soy,
admitiendo que el 2015 me dará nuevas lecciones que me moldeen de nuevo. Y el
2016. Y el 2017. Y...pero estoy en mi camino. Y estoy en ese camino por haber
sido la niña que en 2011 escribía un blog con errores, porque en 2012 sentía
miedo hacia el futuro porque el presente era cómodo, porque en 2013 fui una
mocosa insolente que prácticamente dormía con Dr. Martens se pintaba los labios
de rojo y desafiaba al mundo con una rebeldía envuelta en buenas maneras. Estoy en ese camino porque, durante el 2014
me he perdido y he resurgido de entre mis propias cenizas. Porque me han odiado,
y no he odiado de vuelta. Porque me quieren, y yo también quiero mucho. Porque
me he arriesgado, porque he sido sincera hasta sus máximas consecuencias,
porque he sido leal a mis principios.
Llegados a este punto, 2015...no
te pido que seas bueno. Yo te haré bueno y en caso de que no pueda, lo asumiré
con fuerza.
*Tragado es una forma un tanto
vulgar de decir aceptar, o consentir. Pero me gusta porque capta perfectamente
la esencia de la situación.
________________________
Si habéis conseguido llegar hasta
el final de esta entrada tan larga, ¡enhorabuena! No suelo hacer post tan
sumamente largos, pero realmente necesitaba escribir este.
Gracias por leerme, espero que
sigáis merodeando por aquí.
Disfrutad de las fiestas con
vuestros seres queridos y...por favor, no os atragantéis con las uvas.
Besos,
M.Q.